Poeta mexicano
- Referente del romanticismo mexicano.
- Obras: Donde las dan las toman, La gloria: pequeño poema en dos cantos...
- Género: Poesía
- Movimiento: Romanticismo
- Padres: Francisco Acuña y Refugio Navarro
- Pareja: Laura Méndez de Cuenca
- Hijos: Manuel
- Nombre: Manuel Acuña Narro
Manuel Acuña nació el 27 de agosto de 1849 en Saltillo, Coahuila."¡Pues bien!, yo necesito decirte que te adoro"
NOCTURNO
Familia
Hijo de Francisco Acuña y Refugio Navarro.Estudios
Cursó estudios en el Colegio Josefino de la ciudad de Saltillo y alrededor de 1865 se trasladó a la de México, donde ingresó como interno al Colegio de San Ildefonso.En enero de 1868 inició sus estudios en la Escuela de Medicina.
Poemas
Su poema más famoso fue Ante un cadáver. Escribió poemas satíricos y amorosos y dos obras de teatro: El pasado, un ensayo en drama, y Donde las dan las toman, que se perdieron después de su muerte.Formó parte del Liceo Hidalgo y colaboró en diversos periódicos liberales de la época.
Fue cofundador de la Sociedad Literaria Nezahualcóyotl y colaboró en El Renacimiento, publicación dirigida por Altamirano.
Vida privada
Relacionado con la poeta Laura Méndez, con la que tuvo a su hijo Manuel, que falleció a los pocos meses de su nacimiento.Muerte
Manuel Acuña se suicidó en la ciudad de México dejando una carta para su amigo, el poeta Juan de Dios Peza, y un poema a su musa, "Nocturno a Rosario", que se volvió uno de los emblemas literarios del amor trágico. Sus restos estuvieron en la Rotonda de los Hombres Ilustres antes de ser trasladados a Saltillo en 1917.Sabías que...
Colaboraciones
Acuña colaboró en las revistas y periódicos: El Renacimiento, El Libre Pensador, El Federalista, El Domingo, El Búcaro y El Eco de Ambos Mundos.ANTE UN CADAVER
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¡Y bien! aqui estás ya... sobre la plancha
donde el gran horizonte de la ciencia
la extensión de sus límites ensancha.
Aqui donde la rígida experiencia
viene a dictar las leyes superiores
a que está sometida la existencia.
Aqui donde derrama sus fulgores
ese astro a cuya luz desaparece
la distinción de esclavos y señores.
Aqui donde la fábula enmudece
y la voz de los hechos se levanta
y la superstición se desvanece.
Aqui donde la ciencia se adelanta
a leer la solución de ese problema
cuyo sólo enunciado nos espanta.
Ella que tiene la razón por lema
y que en tus labios escuchar ansía
la augusta voz de la verdad suprema.
Aqui está ya... tras de la lucha impía
en que romper al cabo conseguiste
la cárcel que al dolor te retenía.
La luz de tus pupilas ya no existe,
tu máquina vital descansa inerte
y a cumplir con su objeto se resiste.
¡Miseria y nada mas! dirán al verte
los que creen que el imperio de la vida
acaba donde empieza el de la muerte.